Hay libros cuya lectura queremos compartir inmediatamente. Lo que deseamos decir sobre ellos es "léanlos". Así ocurre con Tránsito. El autor es helenista, traductor de Safo, que respira entre las versiones originales de las palabras fundadoras de una poesía sobre la que el devenir posó veintisiete siglos de significantes y lagunas.
Tal vez esto explique que en los amplios límites de este poemario intuyamos la asimilación de antiquísimos misterios. Pero estos son solo punto de inflexión interior, acaso tiovivo de referencia en esfumato sobre el que Hagesícora, la de los bellos tobillos, da vueltas tenazmente para nuestra perplejidad. El poeta se arriesga a ir hacia ella sin red, aunque sin el gesto epatante y ya algo cansino del provocador. Hace su poesía, tan libre como consciente de lo que decide superar y lejos de las más o menos bienintencionadas tentativas de poner al lector por testigo ante pensamientos subjetivamente hermosos que nos permitan sentirnos poéticos. En Tránsito no vemos intenciones, participamos en unos hechos: valentía para levantar su pléyade de símbolos e imágenes sin refugiarse en presuntas naturalidades tantas veces inanes, sin justificarse por hacer lo que hace: poesía.
Lo importante, en cualquier caso, será lo inexplicable. Al leerlo, la voz de nuestro pensamiento no puede sino tocar esas palabras y sentirse tocada por ellas. Se cumple el deseo de que el libro sea, más que un soporte, una rotunda ocasión para que la poesía suceda.
Tal vez esto explique que en los amplios límites de este poemario intuyamos la asimilación de antiquísimos misterios. Pero estos son solo punto de inflexión interior, acaso tiovivo de referencia en esfumato sobre el que Hagesícora, la de los bellos tobillos, da vueltas tenazmente para nuestra perplejidad. El poeta se arriesga a ir hacia ella sin red, aunque sin el gesto epatante y ya algo cansino del provocador. Hace su poesía, tan libre como consciente de lo que decide superar y lejos de las más o menos bienintencionadas tentativas de poner al lector por testigo ante pensamientos subjetivamente hermosos que nos permitan sentirnos poéticos. En Tránsito no vemos intenciones, participamos en unos hechos: valentía para levantar su pléyade de símbolos e imágenes sin refugiarse en presuntas naturalidades tantas veces inanes, sin justificarse por hacer lo que hace: poesía.
Lo importante, en cualquier caso, será lo inexplicable. Al leerlo, la voz de nuestro pensamiento no puede sino tocar esas palabras y sentirse tocada por ellas. Se cumple el deseo de que el libro sea, más que un soporte, una rotunda ocasión para que la poesía suceda.
(Publicado en Heraldo de Aragón, revista Artes & Letras nº 326, 10/02/2011).
9 comentarios:
Me ha encantado. "Acaso tiovivo de referencia en esfumato sobre el que Hagesícora, la de los bellos tobillos, da vueltas tenazmente para nuestra perplejidad".
Iremos a mirarla.
Qué placer de reseña.
Ya soy incondicional.
Durrell, estoy segura de que disfrutarás mucho acercándote a esta poesía. Merece ser mirada.
Y muchas gracias.
Muchas gracias, Olga, por esa reseña que es también un poema. Sólo hay un regalo mejor que el llano don de la lectura para lo que uno escribe. Y es merecer que le lean a través de los ojos de otros. Gracias por concederme esa raro honor y esos ojos.
Besos emocionados.
Yo no te lo concedo, creo que más bien esos poemas nos son concedidos a los lectores. Creo que fuiste tú el que una vez dijiste que nosotros no elegimos a los poemas, son ellos los que nos eligen a nosotros. Como los gatos. Y, sí, tal vez eso sirva para los que escribimos y para los que leemos.
Desde el principio, tus poemas me eligieron de la misma manera que lo hicieron los míos propios.
Gracias por este libro y por la emoción.
Besos.
Maravillosa reseña Olga, es en sí misma una pieza literaria.
Tendré en cuenta el libro para futuros regalos.
Te gustará y les gustará, ya verás.
Regalar libros es estupendo, una forma de abrir ventanas a los demás y, a la vez, hablar de nosotros mismos. Recuerdo a algunas personas por los libros que me regalaron, sí.
Muchas gracias, Princesa;-)
Hola, Olga, enhorabuena. El libro no me ha gustado mucho, pero la reseña es magnífica. Un saludo. Voy a abrir un blog, estamos en contacto.
José Luis.
El libro es muy bueno, José Luis, a mí me parece realmente especial. Es uno de los nombres que me llevaré de todo este maremagnum virtual, eso lo tengo clarísimo. Fue uno de los autores que descubrí en la red y que, independientemente de que luego puedas llegar a considerarte amigo o tener una relación cordial, me sorprendió desde el principio por su manera de escribir.
Suerte con tu blog.
Lamento que no te haya gustado, """""josé luis""""". La próxima vez lo intentaré hacer mejor.
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