Sin noticias de Acuario, Reyes García-Doncel. Paréntesis Editorial: Colección Umbral, Sevilla, 2011. 330 pp.
Sin noticias de Acuario nos traslada a un momento preciso de nuestra historia reciente: los años previos a la muerte de Franco, cuando una España concluida se aferraba a las ruinas de un presente que muy pronto iba a convertirse en pasado. No en vano, la novela termina el 19 de noviembre de 1975, cuando la protagonista tiene ya un pie en su propio futuro, tras la crisis de una primera juventud vivida en tan especiales circunstancias.
Entre grandes ideales que emergen y grandes ideales que se desmoronan, consiguen filtrarse también las modas que ya tenían un cierto aire “global”. Desde más allá de las fronteras patrias llegaban filosofías distintas, una especie de sesgada sonrisa espiritual que se iba adaptando, para su consumo, en occidente. ¿Cómo permanecer indiferentes ante la inminencia de la era de Acuario? No es extraño que, convencidos de que “Occidente tiene muy mal karma”, algunos jóvenes desconcertados se dejasen seducir por el Conocimiento. Esa fascinación tendrá obligatoriamente su retorno, y el retorno no será siempre amable; pero, mientras tanto, la autora nos lleva a las playas en las que aquellos jóvenes recitaron los himnos de Vedas.
La novela nos hace conocer los anhelos de Isabel, estudiante de COU en 1973, a la que tocó resolver un puzzle con el mosaico de creencias de su época. Un proceso narrado con inteligencia, sentido del humor y un evidente conocimiento de causa que nos deja como resultado una novela entretenidísima y un eco de mantra, canción protesta, drogas psicodélicas, dulce flauta oriental y estertor de viejos coroneles.
OLGA BERNAD
Publicado en la Revista Artes&Letras, nº 354, 27 de octubre de 2011.