miércoles, 27 de febrero de 2013

Plasencias, de Álvaro Valverde


Me llega, casi como un mensaje en una botella dirigido a la especie de isla que ahora es mi vida, el libro de un amigo.  Encuentro este Destierro entre sus páginas.  Un destierro en un libro con nombre de ciudad.  Y pienso que Plasencia, a la que odia y ama como Catulo a Lesbia, la fundada bajo el lema Ut placeat Deo et hominibus, puede tener avenidas comunes con la ciudad interior de todos los hombres, desterrados o no.  Esa circunstancia depende quizá más del momento que del lugar.  El libro recorre precisamente los momentos, las diversas Plasencias que el tiempo le entregó; y él las devuelve a todos (o a nadie o a sí mismo) envueltas en palabras sencillas y potentes.  Me reencuentro una vez más con la delicada solidez de su poesía.  Y me siento tan cerca, sí.


(Plasencias, Álvaro Valverde, de la luna libros, colección de poesía Luna de poniente dirigida por Elías Moro y Marino González Montero, Mérida, 2013, 75 pp.)